03 de septiembre de 2025. – Bolivia enfrenta una de sus mayores presiones inflacionarias en más de una década. Entre enero y agosto de 2025, el país registró una inflación acumulada del 18,09 %, cifra que supera ampliamente el 7,5 % proyectado por el Gobierno de Luis Arce para todo el año, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) difundidos este miércoles.
El informe revela que el Índice de Precios al Consumidor (IPC) en agosto se ubicó en 1,01 %, menor al 1,20 % registrado en julio, pero aún así mantiene una tendencia al alza si se considera el acumulado anual.
Productos más afectados
El encarecimiento se explica principalmente por la subida de precios en sectores clave como recreación y cultura, alimentos y bebidas, salud, vivienda, prendas de vestir y bebidas alcohólicas. Entre los productos con mayor incremento destacan la carne de pollo, la carne de res sin hueso, bananos, productos de papelería y escolares y el perfume.
En contraste, algunos artículos registraron bajas, como la cebolla, el transporte interdepartamental en ómnibus, los televisores, teléfonos móviles, la arveja y los pañales desechables.
Factores de la inflación
El director del INE, Humberto Arandia, explicó que la reducción mensual respecto a julio “demuestra que lo que exacerbaba la inflación eran los bloqueos de carreteras, conflictos sociales y factores climatológicos” que afectaron al país en meses anteriores.
No obstante, reconoció que persisten problemas con el abastecimiento de diésel, especialmente para sectores agroindustriales que dependen del combustible para la producción.
En junio, la inflación mensual fue del 5,21 %, una de las más altas del año, impulsada por las protestas de sectores afines al expresidente Evo Morales para exigir su inscripción como candidato presidencial, además de reclamos de comerciantes y transportistas por el encarecimiento de productos y la escasez de dólares.
Bolivia cerró 2024 con una inflación de 9,97 %, la más elevada desde 2008, cuando alcanzó 11,8 %.
Economistas advierten que si la tendencia no se revierte, el país podría enfrentar presiones inflacionarias aún mayores hacia fin de año, con impacto directo en el poder adquisitivo de la población y en sectores productivos claves.